jueves, 9 de septiembre de 2010

Hikikomoris

Que me tenéis hasta el coño todos, que no posteáis ná xD (será que soy la única que tiene tiempo libre xD) Bueno, os dejo un pequeño artículo sobre un nuevo fenómeno social que ha surgido en Japón y se está extendiendo: los Hikikomoris.


HIKIKOMORIS: Jóvenes en aislamiento.

El fenómeno Hikikomori (significa aislamiento) ataca más frecuentemente a los adolescentes y jóvenes japoneses. Éstos se ven abrumados por su sociedad e incapaces de cumplir las expectativas que de ellos se espera y esto les lleva al aislamiento social. No se puede encontrar una causa común para que se produzca este aislamiento pero si que hay una pauta repetitiva como es un fracaso en los estudios (en Japón no vale con ser bueno, hay que ser el mejor), un desengaño amoroso o cualquier problema que se le pueda presentar a un adolescente.
Estos jóvenes hikikomoris ven estos problemas como insalvables y es cuando deciden por sí mismos, voluntariamente, aislarse del mundo creyendo de que la falta de relaciones sociales les hará, por lo menos, menos infelices. Los hikikomoris, normalmente, no abandonan la casa de los padres pero sí que se encierran en su habitación y pueden pasar meses incluso años, sin salir de esta. Normalmente este aislamiento les sucede a más cantidad de varones que de mujeres y más en un status medio-alto o alto, en dónde tienen casas con habitación propia, cosa lujosa en Japón.
Síntomas del Hikikomori

Muchas personas padecen agorafobia (miedo o fobia a salir al exterior) pero el hikikomori lo lleva al extremo más absoluto ya que se aísla completamente de la sociedad y del mundo exterior. Todo les parece una presión. Pueden encerrarse, como hemos comentado antes, en una habitación y estarse allí por periodos de tiempo de hasta años. Son personas que se vuelven solitarias, pierden todo contacto con la gente, no tienen amigos y ni siquiera quieren saber nada de sus padres aún y estando encerrados en una habitación de casa de ellos. La mayoría duermen todo el día y de noche ven la tele o juegan a videojuegos. En Japón los llaman “Solteros parásito”, que son aquellos que viven de sopas instantáneas en casa de sus padres con toda comodidad. Aunque la realidad es otra totalmente, ya que para los hikikomoris no es ninguna comodidad el estar en este estado tan extremo.

El hikikomori comienza de forma gradual, al principio se encuentra triste, comienza a perder sus amistades, se vuelve inseguro, tímido y cada vez se encierra más en sí mismo y habla menos. Puede que sean objeto de burla en la escuela, lo cual es el detonante para su total aislamiento. Este total aislamiento no es del todo cierto ya que puede que mantengan contacto con el exterior por medio del ordenador aunque sí es cierto que un gran número de hikikomoris se cierran incluso a esto y pueden permanecer horas y horas en la misma postura viviendo de su imaginación y con la mirada en un punto fijo.

Este fenómeno se ha repetido de manera muy parecida en Corea, en dónde los jóvenes estudiantes se enfrentan cada día a 18-20 horas de estudio, con un descanso de 10 minutos para comer. Las familias invierten un gran porcentaje de sus ingresos para pagar una educación privada y por eso no esperan solamente unas buenas notas, sino las mejores. Desde hace 2 años en Seúl, se van produciendo manifestaciones contra estos sistemas de estudio. Los estudiantes tienen que ir con las caras tapadas para no ser reconocidos ni por familiares ni por las escuelas por miedo a represalias y ellos solamente reivindican su derecho a vivir como adolescentes y a poder tener una vida social normal.



Los padres

En la cultura japonesa, tener un hikikomori en la familia es considerado un gran problema de honor, de no saber educar al hijo y normalmente es vergonzoso por eso suelen guardarlo como un secreto, de ahí que muchos padres tarden mucho en buscarle una solución a su hijo y buscar un psicólogo. Tanto los colegios como los asistentes sociales no se involucran demasiado en el tema, ya que es una situación familiar interna.

La educación de los hijos en Japón corre a cargo de las madres, por lo tanto los padres normalmente suelen dejar todo el problema a las mujeres. Las madres se sienten sobre protectoras hacia sus hijos y esto agrava el problema.

Al principio de la enfermedad, se creen que es una fase que el joven ha de pasar y superar y esperan a que salga a la sociedad por su propio pie. Normalmente nunca fuerzan al niño a que salga al mundo exterior, prefieren esperar a ver que pasa y cuando se dan cuenta del grave problema ya la enfermedad está muy avanzada.

En Occidente nos hemos enterado de este problema porque muchos padres deciden enviar a su hijo al extranjero, pensando que el cambio de situación los pueda ayudar, pero en realidad lo que hacen es pasarle el problema a otro. Y es así como nosotros hemos conocido a los Hikikomoris.



Efectos mentales en el hikikomori

Las personas con un aislamiento prolongado y una falta de contacto social, tienen una gran cantidad de problemas mentales ya que pierden todas las habilidades y los referentes sociales y morales de la sociedad, necesarios para vivir en ella. Los hikikomoris que no se aíslan del todo, es decir, que juegan al ordenador o ven la tele, convierten esto en una referencia, pero igualmente pierden muchas facultades importantes sobretodo en la etapa en la que están de su vida.

Cuando un hikikomori regresa a la sociedad (normalmente es al cabo de unos años, por todo el problema cultural anteriormente explicado), tiene que afrontar varios problemas, ya que ha perdido años de estudio y muchas de sus habilidades. Esto hace que su reinserción en la sociedad sea muy difícil con el agravante de que temen que descubran su pasado ya que es una vergü enza, por lo tanto su actitud frente a la gente cambia radicalmente y pasa de haber sido tímido, callado.... a ser una persona vacilona y con actitud chulesca. Pueden llegar a tener un comportamiento delictivo y violento. En casos muy extremos pueden atacar a los padres. Como ejemplo podemos decir que un hikikomori de 17 años, en el 2000, secuestró un autobús y mató a un pasajero. Otro secuestró a una joven y la mantuvo encerrada durante 9 años. Otro mató a 4 jóvenes recreando una escena de un cómic porno-gore (manga hentai guro).

Evidentemente no todos los jóvenes hikikomoris que se han reinsertado en la sociedad son así pero es muy difícil poder decir cifras exactas sobre los diferentes casos, ya que las familias no hablan del problema.



Tratamiento

El tratamiento es muy complicado ya que tenemos varias versiones de cómo tratar a un hikikomori, sobretodo desde que el problema ha llegado a occidente.

Los japoneses sugieren esperar hasta que el joven hikikomori se reincorpore a la sociedad por su propia voluntad. En cambio los occidentales dicen que es mejor forzarlos a salir.

En definitiva, lo que está claro es que tiene que haber una ayuda psicológica y psiquiátrica. Existen clínicas y médicos especializados en el problema hikikomori, pero a causa de la cultura, del miedo, de la vergüenza.... los padres de estos jóvenes se sienten solos y sin apoyo alguno.




Occidente

Aquí también padecemos este tipo de problema, quizás no tan extremo que el fenómeno japonés pero muchos jóvenes, y a veces, no tan jóvenes, sienten mucha presión social, ser objeto de burla... y por lo tanto desarrollan un comportamiento parecido de odio, violencia y agresión.



Fuente: http://www.klownsasesinos.com/reportajes/49-reportajes/436-hikikomoris-jovenes-en-aislamiento.html


Uno de los mayores foros en inglés sobre el tema: http://hikiculture.net/


El corto documental "Hikikomori", de Jonathan Harris, hecho en 2008, fue una de las primeras referencias a este nivel sobre el fenómeno de los hikikomoris.









Bueno, pues, como siempre: ¿qué opináis del tema? Yo, particularmente, no sé que pensar. Lo primero que creo es que es una soberana gilipollez: tanto estudio y tanta tontería, cuando a esta gente lo único que habría que hacer sería echarlos de casa de sus padres y que se busquen la vida. Pero claro, luego ves las cifras... y hay muchísimas personas metidas en esa dinámica de vida. No sé, es una cosa curiosa. ¿Qué opináis?

2 comentarios:

  1. Opino que es ya un mal endémico de ese sistema, igual que el fracaso escolar es endémico del nuestro. Ni el canismo se dará allí de la forma en que se da aquí ni ese rotundo colapso de las espectativas se dará aquí. Así que sí, supongo que es una enfermedad cultural.

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  2. Es un problema muy serio. Una forma más en la que este sistema aliena a las personas. No me extraña nada que los jóvenes acaben así. Los someten a una competencia brutal, más típica de un trabajador de una multinacional que de un estudiante. Pretenden que desde pequeño actuémos como si fueramos adultos, y la adolescencia es una edad para estar con los amigos, pasarlo bien y cometer errores.

    Salut!

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